viernes, 12 de octubre de 2007

Discriminación Religiosa


La falta de comprensión por las costumbres de nuestros semejantes es la razón del rechazo a aquellos que practican otra religión o credo. Para muchos es difícil comprender que alguien tenga una creencia distinta. Así, los judíos, los hindúes, los budistas o los gitanos son rechazados.

La fe que nosotros profesamos nace del corazón. Existen distintos tipos de religiones, cada una le da un nombre distinto al SER SUPERIOR, llamémoslo Dios, Alá, Yavé o Buda. Todas, asimismo, están de acuerdo en la existencia de este Ser. Diferentes son las maneras de mostrarle amor.

Los rezos, las celebraciones, las oraciones. Pero todo esto dentro de sus características tiene su único fin: amar a ese Creador. Pero ¿qué sucede cuando existe alguien que no respeta la creencia del prójimo, que no respeta sus momentos de encuentro con esa fe?, ¿Qué sucede cuando un religioso se convierte en un fanático? Respuesta: se desencadena un CAOS.

Existen numerosos casos de personas que son discriminadas por su inclinación hacia determinada religión. Sin duda, el ejemplo más trágico de esto sería el genocidio realizado por la Alemania nacionalsocialista durante las décadas de 1930 y 1940 para aniquilar la población judía de Europa. Al final de la II Guerra Mundial en 1945, en torno a seis millones de judíos habían sido asesinados en campos de concentración y pogromos por los nazis.


El artículo 1, inciso 3º, de la Declaración Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Intolerancia y Discriminación Fundadas en la Religión o las Convicciones, proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, establece que "La libertad de manifestar la propia religión o las propias convicciones estará sujeta únicamente a las limitaciones que prescriba la ley y que sean necesarias para proteger la seguridad, el orden, la salud o la moral públicos o los derechos y libertades fundamentales de los demás."

Además, el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, dice: "Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; ese derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual o colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia".

Hay muchas enseñanzas de la Biblia que claramente nos dicen que los cristianos no debemos sostener ideologías que consideren una raza, cultura, lugar o trabajo, y estatus como superior a otro. Desde el lado bíblico, uno puede ver que todos fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto somos todos iguales ante los ojos de nuestro Creador.

Está escrito también que Jesús murió por todos nuestros pecados y su muerte derribó el muro de la hostilidad, trayendo a existir una nueva comunidad para todas las naciones, tribus, y lenguas. Hoy la mayoría de la gente fracasa enseñándole a sus hijos lo perverso que es el odio y el desprecio por personas de otras culturas.

Es triste también saber que la atrocidad de la discriminación ocurre, en gran parte en organizaciones cristianas. Hay ciertas personas que se consideran cristianos y sin embargo son ellos los que dan oportunidades sólo a aquellas personas que pertenecen a su mismo país, grupo étnico o ideología. Son aquellos que participan de conferencias y reuniones y nunca implementan lo que resulta de los mismos. Si la gente joven trabajadora plantea sus problemas, son marginados.



Es desalentador darse cuenta que inclusive en nuestros lugares de oración, la discriminación igual está presente. Las iglesias son lugares donde uno debería ver modelos de integración al mismo tiempo que orar. La iglesia debería estar abierta a todos y respetar a todos por igual. Es peor aún y desafortunado que la mayoría no focaliza en estas cosas.

Del mismo modo, terrible son las imágenes de la guerra entre israelitas y musulmanes. Horrible la situación de la India. Escenas que se han ido repitiendo siglo tras siglo por la intolerancia e incomprensión hacia el credo de otras personas. Odio muchas veces mezclado con cuestiones políticas y territoriales.

Este rechazo a las creencias ajenas genera problemas gravisimos que roban la vida de millones. Pero ¿cómo hacerle entender a un fanático que su verdad no es absoluta, que otra gente puede tener otra fe? Fácil sería todo si la respuesta se supiera, porque la solución a este problema es equivalente a hacer ver a un ciego. El fanático esta cegado con su verdad y parece no tener la capacidad de entender las cosas más allá de esta. A causa de esto son capaces de hacer cualquier cosa con tal de defender ese ideal mezclado con misticismo. Morir poniendo una bomba en algún lugar público no es sacrificio si se hace por la "causa", obviamente, bañada de confusas interpretaciones de una religión. No es religión si para ejercerla tengo que tomar la vida de otro ser humano, culpable o inocente. No es religión si tengo que matar o usar la violencia. Por que lo que se obtiene carece de valor si no es conseguido de la manera correcta.

Una de las ironías más grandes fue la que se desarrollaron frente a los ojos de una pacifista admirable. Gandhi luchó por la unión del pueblo hindú más allá de las religiones. Por que la causa era lograr la libertad y acabar con la dictadura extranjera pero al lograrlo lo que se debía convertir en un paraíso se volvió un infierno de odios y balas. Movilizados por creencias erróneas y escudados tras las diferentes religiones se mataron, y se matan, miles de personas. Y Gandhi quería la paz; y Gandhi enseñó los modos pacíficos para conseguir las cosas.

Pero de nada sirvió, parece que todo fue en vano porque el hombre no aprende y comete siempre el mismo error: no considerar al prójimo digno de respeto…

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